viernes, 26 de octubre de 2007

El Islam

¿ Cómo comenzó el Islam?
Cuando nos hablan de civilizaciones siempre evocamos a las más cercanas a nosotros, como por ejemplo a las civilizaciones Occidentales.
Pero sin embargo, no debemos olvidar que en otras regiones florecieron civilizaciones que, aunque al cabo de varios siglos entraron en decadencia tuvieron una importancia extraordinaria en el desarrollo de la Humanidad.
Éste es el caso, de la civilización islámica, en muchos aspectos sorprendente por su contraste con las formas culturales que en la misma época de su florecimiento, en la Edad Media, prevalecían en la Europa cristiana.
El territorio conquistado por los árabes está ubicado entre el Mar Rojo, el mar de Omán y el Golfo Pérsico; es un territorio amplio, representa una cuarta parte de Europa, pero está casi totalmente ocupado por estepas y desiertos que dificultan la vida sedentaria.
En éste territorio se organizó una brillante civilización, llamada musulmana, ésta se destacó por su prosperidad material y por su desarrollo intelectual y artístico.
Antes del siglo VII, los Árabes constituyeron tribus independientes de pueblos belicosos e idólatras, ya que cada tribu adoraba numerosas divinidades, ángeles y genios que representaban bajo la forma de ídolos con figura humana o animal. Tenían una ciudad común, La Meca, en donde se reunían periódicamente en el templo de la Kaaba, que es el altar donde se encuentra una piedra negra ubicada en el centro de la Mezquita y según la creencia fue traída por un ángel y se oscureció por la acción de los pecados humanos.
¿ Quién fue Mahoma?
A comienzos del siglo VII de la era cristiana se produjo un acontecimiento extraordinario en la península Arábiga. Una figura carismática unificó las tribus nativas que, después, se embarcaron en una campaña de conquista que duró siglos.
Éste hombre se llamaba Muhammad, era conocido como el profeta Mahoma y su religión era el Islam. Él carecía de cultura pero se sentía inspirado, influido por las corrientes judaicas y cristianas, el Antiguo y Nuevo Testamento para afirmar la unicidad de Dios.
Como el profeta no recibió una educación formal, el Corán le fue revelado a través del habla, y fue escrito por sus secretarios. Así toda palabra fue escrita y preservada durante y después de su vida por sus compañeros.
Muchos llaman al Islam "Mahometismo", en realidad es un nombre impropio para el mismo y lo ofende espiritualmente porque Mahoma fue el mensajero de Dios y no una divina adoración de los musulmanes. Ellos adoran a Allhá, no a su último profeta.
La predicción de Mahoma encuentra escepticismo en algunas personas y burlas en otras, encontró también algunos adictos que alarmaron a los comerciantes que traficaban en La Meca del riesgo que corrían sus negocios, ya que éstos se basaban en las peregrinaciones y se estaba propagandeando la abolición de los ídolos. Al principio él encontró apoyo en los de su tribu pero no tardaron en abandonarlo.
Mahoma luego de iniciar la expansión del Islam muere a los 76 años, el 8 de junio de 632, en un lugar muy alejado de La Meca.


¿ Cómo se produjo la expansión Islámica?
Antes de hablar de la expansión islámica debemos saber lo que significa el vocablo expansión, que proviene del verbo expandir que significa propagar, ensanchar y extender.
Como dijimos antes el Islam se propagó, esto ocurre por determinadas causas: la primera y más importante es el fervor religioso impreso por Mahoma a su pueblo, era propicio para inducirlo a llevar la fe a nuevas tierras.
Otra causa es el espíritu belicoso que tenían las poblaciones del desierto islamizadas se vio frenado por la prohibición de las guerras entre las tribus.
Además se vio favorecida por el extraordinario aumento de la población que hacía difícil la subsistencia, más cuando hubo grandes sequías y los sistemas de riego artificial eran insuficientes.
Y por último los ricos estados de la vecindad inspiraban la codicia que siempre estimuló a los nómades a lanzarse sobre los sedentarios.
Luego de que Mahoma fue rechazado y abandonado por los de su pueblo recibió apoyo de los de Medina, donde el medio es más propicio para admitir el monoteísmo central de la nueva predicación. Así se realiza un pacto entre el Profeta y los jefes de las tribus de Yatrib, llamado el pacto de Medina en el año 622.
Mahoma se traslada a la Meca donde no es aceptado y vuelve a Medina.
El pacto de Medina tiene gran importancia, los adictos deben aceptar la religión y así Mahoma se vuelve un soberano y se rompe la unidad tribal, se dividen en los que creen en Allhá y los que no, aunque sean de la misma tribu.
En la Meca sucede que muchas familias humildes empiezan a adoptar el Islamismo por causas personales. Por otra parte Mahoma no podía quedarse en Medina y toma la Meca, a la cual convierte en capital de la nueva religión.
Lugo de la muerte de Mahoma se realiza la verdadera expansión comenzando por la organización de la capital que se consolida y fortalece, se extiende desde los Pirineos hasta el Indo, quedando un imperio mayor que el de Roma.
Hoy en día ésta comunidad está integrada aproximadamente por 800.000.000 de creyentes, se extiende desde Marruecos hasta Indonesia, ¾ partes viven en Asia y ¼ en África, es la segunda religión de importancia en el mundo.

Estados Germánicos

Cuando en enero del 395 falleció el emperador Teodosio pocos provinciales del Occidente podían pensar que de hecho iban a dejar de pertenecer al Imperio poco más de medio siglo después. El Imperio Romano había pasado por invasiones externas y guerras civiles terribles en el pasado, y de todas se había recuperado. Hacía escaso tiempo que Teodosio había logrado nuevamente unificar bajo un solo cetro ambas mitades del Imperio, y el triunfo de la nueva religión de Estado, el Cristianismo niceno, parecía apoyar desde los Cielos a un Imperium Romanum Christianum y a una dinastía que venía ejerciendo el poder desde hacia más de treinta años. Desde el punto de vista de los grupos dirigentes de Occidente la dinastía de Teodosio parecía colmar las aspiraciones de los más, ya que se basaba en un complejo conglomerado de alianzas familiares y políticas con los grupos senatoriales más poderosos de las Españas, las Galias e Italia. El gobierno de Teodosio había sabido encauzar los afanes de protagonismo político de bastantes de los más ricos e influyentes senadores romanos y de las provincias occidentales, que de nuevo se aprestaban a ocupar puestos de gobierno en las provincias pero también en la administración central. Además, la dinastía había sabido encauzar acuerdos con la poderosa aristocracia militar, en la que se enrolaban nobles germanos que acudían al servicio del Imperio al frente de soldados bárbaros unidos por lazos de fidelidad hacia ellos. Al morir Teodosio confió el gobierno de Occidente y la protección de su joven heredero Honorio al general Estilicón, hijo de un noble oficial vándalo que había contraído matrimonio con Serena, sobrina del propio Teodosio. Sin embargo, cuando en el 455 murió asesinado Valentiniano III, nieto del gran Teodosio, una buena parte de los descendientes de aquellos nobles occidentales que tanto habían confiado en los destinos del Imperio parecieron ya desconfiar del mismo. Máxime cuando en el curso de dos decenios pudieron darse cuenta de que el gobierno imperial recluido en Ravena era cada vez más presa de los exclusivos intereses e intrigas de un pequeño grupo de altos oficiales del ejército itálico. Además, muchos de muchos de éstos eran de origen bárbaro y cada vez confiaban más en las fuerzas de sus séquitos armados de soldados convencionales y en los pactos y alianzas familiares que pudieran tener con otros jefes bárbaros instalados en suelo imperial junto con sus propios pueblos, que desarrollaban cada vez más una política autónoma. Necesitados de mantener una posición de predominio social y económico en sus regiones de origen, reducidos sus patrimonios fundiarios a dimensiones provinciales, y ambicionando un protagonismo político propio de su linaje y de su cultura, estos representantes de las aristocracias tardorromanas occidentales habrían acabado por aceptar las ventajas de admitir la legitimidad del gobierno de dichos reyes bárbaros, ya muy romanizados, asentados en sus provincias. Al fin y al cabo, éstos, al frente de sus soldados, podían ofrecerles bastante mayor seguridad que el ejército de los emperadores de Ravena. Además, el avituallamiento de dichas tropas resultaba bastante menos gravoso que el de las imperiales, por basarse en buena medida en séquitos armados dependientes de la nobleza bárbara y alimentados con cargo al patrimonio fundiario provincial de la que ésta ya hacía tiempo se había apropiado. Menos gravoso para los aristócratas provinciales pero también para los grupos de humildes que se agrupaban jerárquicamente en torno a dichos aristócratas, y que, en definitiva, eran los que habían venido soportando el máximo peso de la dura fiscalidad tardorromana. Unas monarquías bárbaras, en definitiva, que, como más débiles y descentralizadas que el viejo poder imperial, estaban también más dispuestas a compartir el poder con dichas aristocracias provinciales, máxime cuando en el seno mismo de sus gentes tales monarcas desde siempre habían visto su poder muy limitado por una nobleza basada en sus séquitos armados. Pero para llegar a esta situación, a esta auténtica acomodación, a esta metamorfosis del Occidente romano en romano-germano, no se había seguido una línea recta; por el contrario, el camino había sido duro, zigzagueante, con ensayos de otras soluciones, y con momentos en que parecía que todo podía volver a ser como antes. Esta será en lo fundamental la historia del siglo V, que en algunas regiones pudo incluso prolongarse hasta bien entrado el VI como consecuencia, entre otras cosas, de la llamada Reconquista de Justiniano

Cristianismo

El trasfondo judío
Jesús y sus primeros
discípulos fueron judíos. Sus enseñanzas se basaban en las escrituras hebreas, en reiteradas ocasiones se referían a otros escritos tradicionales del judaísmo. El cristianismo continuó utilizando las escrituras hebreas, convirtiendose el Tanaj en lo que se conoce como el Antiguo Testamento y aceptando muchas doctrinas fundamentales del judaísmo tales como el monoteísmo, y la única deidad del judaísmo, Yahvé y la creencia en un moshiach, término hebreo usualmente traducido como mesías en español, el cual es un término equivalente a Cristo (Christos "[el] ungido" en griego). Sin embargo, de acuerdo al Nuevo Testamento, las enseñanzas de Jesús son vistas por los líderes religiosos judíos como incompatibles con él.
El cristianismo también continúo con muchos de los patrones encontrados en el judaísmo de la época de Jesús, como la adaptación de la forma litúrgica de la adoración en la
sinagoga a la iglesia o templo, la oración, utilización de las sagradas escrituras, un calendario religioso, uso de la música en himnos y oración y disciplinas tales como el ayuno. Los cristianos adoptaron inicialmente las traducciones griegas de las escrituras judías, conocidas como la Septuaginta, como su propia Biblia, y más tarde se canonizaron muchos de los libros del Nuevo Testamento.

Los inicios del cristianismo
El cristianismo comenzó entre un pequeño número de
judíos. En el libro de los Hechos de los Apóstoles 1:15 se mencionan cerca de 120. En el siglo III, el cristianismo creció hasta convertirse en la religión dominante en el norte del mundo Mediterráneo. También se extendió de forma importante al este y al sur del Mediterráneo. Esta sección examinará aquellos primeros 300 años.

La Iglesia Cristiana Primitiva
El término "
Judiocristianos primitivos" es utilizado a menudo al discutir sobre el cristianismo primitivo. Jesús, sus doce apóstoles, los ancianos y la mayor parte de sus seguidores eran judíos. Así como los 3.000 convertidos en Pentecostés luego de la crucifixión descrita en los Hechos de los Apóstoles 2 donde todos los judíos, prosélitos y todos los convertidos al cristianismo eran no gentiles antes de la conversión del oficial romano Cornelio por Simón Pedro en Hechos 10, quien es considerado según la tradición como el primer gentil en ser convertido al cristianismo. La más grande división en el cristianismo antes de ese tiempo se presentó entre los judíos helenísticos y no helenísticos o los de habla griega y los de habla aramea (Hechos 6). Sin embargo, después de la conversión de Cornelio y su aceptación como cristiano, ahora existía otro grupo, los cristianos gentiles. Como un movimiento escatológico, anticiparon que los gentiles se transformarían al Dios de Israel como lo profetizaba Isaías en los versículos 56:6-8. El Nuevo Testamento no utiliza el término "gentil-cristiano" o "judío-cristiano", en cambio Pablo escribe en contra de aquéllos quienes estaban circuncidados, quienes se separaban de los no circuncisos: "En esta nueva naturaleza, no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro, escita, esclavo ni libre, sino que Cristo está en todo y en todos" (Colocenses 3:11).
Circuncisos y no circuncisos se interpretan generalmente como
judíos y griegos respectivamente, siendo estos últimos quienes predominaban. Sin embargo, esto es una simplificación excesiva de la provincia de Iudaea del siglo I debido a que existían algunos judíos que no seguían circuncidandose, y que algunos griegos (llamados prosélitas o judaizantes) si lo hacían además de otros tales como egipcios y etíopes.


Quiebre con el judaísmo
La
Epístola a los Gálatas de Pablo da vigorosa distancia entre aquéllos que podrían "forzar a los gentiles a seguir las costumbres judías". Escribe en fuertes términos que si los gentiles mantienen estas costumbres como una obligación, y están circuncidados, entonces "Cristo no les servirá de nada" (5:2) y si no fuera así, y estos decretos fueran un requerimiento, entonces "Cristo habría muerto en vano" (2:21).
Pablo dice en esta carta, y en otras más, que este mensaje no va en contradicción con los 12 apóstoles. Sin embargo, a él se le envió para el bien de aquéllos que no estaban circuncidados, así como Pedro fue enviado a aquellos circuncidados, tal como lo escribe en Gálatas 2:7-9:
"Al contrario, reconocieron que a mí se me había encomendado predicar el Evangelio a los gentiles, de la misma manera que se le había encomendado a Pedro predicarlo a los judíos. El mismo Dios que facultó a Pedro como apóstol de los judíos me facultó también a mí como apóstol de los gentiles. En efecto, Jacobo, Pedro y Juan, que yo había recibido, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de compañerismo, de modo que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos".
Apoyando la visión que Pablo no actuaba independientemente, el
Concilio de Jerusalén, de acuerdo a Hechos de los Apóstoles 15, determina que la circuncisión no era un requerimiento a los nuevos convertidos, pero los aconseja de evitar "El sacrificio a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual". La base de estas prohibiciones es expresamente clara, Hechos 15:21 dice: «En efecto, desde tiempos antiguos Moisés siempre ha tenido en cada ciudad quien lo predique y lo lea en todas las sinagogas todos los sábados» (NVI); que significa que estas medidas están basadas en la Ley de Moisés. Algunos interpretan esto como que los gentiles son instruidos a obedecer estas cosas, no como un principio de ley, sino que para no ofender a aquéllos entre quienes se vive, los que están bajo la instrucción de ancianos en las sinagogas. Otros argumentan que el pequeño conjunto de requerimientos impuestos en los gentiles cristianos por el concilio no eran escogidas arbitrariamente, sino que corresponden a enseñanzas fariseas con respecto al pacto con todas las naciones, con su padre común Noé, que luego se llamaron Leyes de Noé.
Pablo frecuentemente chocaba con un grupo de "cristianos judaizantes". En 2 de Corintios 11:5 y 12:11 llamaba a sus oponentes «superapóstoles». Le escribe a los gálatas describiendo como él reprende a Pedro en público por sus acciones debido a que hacía pensar que la adherencia a Cristo incluía el respeto a las leyes dietarias. Sin embargo, los requerimientos de la ley en la ética, son claramente mantenidos por Pablo, en oposición a los términos culturales, tal y como son entendidos por la interpretación de la corriente principal del cristianismo.
El Nuevo Testamento hace mención de que Pablo era un observante de la ley por el bien de los judíos. En Hechos 16 el personalmente circuncida a
Timoteo, un griego, cuyo padre era griego, debido a que su madre era de fe judía y en Hechos 21 Jacobo reta a Pablo sobre el rumor que él enseñaba rebelión en contra de la ley. Pablo siguió el consejo de Jacobo de ir al Templo de Jerusalén, sin embargo, cuando gente de Asia menor (el hogar de Pablo) lo vio, comenzó una revuelta de proporciones.
El uso (o abuso, como dicen los tradicionalistas) de inventar una separación radical entre el cristianismo y todas las cosas que los judíos frecuentemente destacaban, comenzó en los primero tiempos y a través de toda la historia de la iglesia cristiana. El
Marcionismo, una secta del siglo II, todavía llamada la "más peligrosa" herejía jamás confrontada por la Iglesia Católica, rechazaba a los Apóstoles, e interpretaban un Jesús quien rechazaba la Ley de Moisés usando 10 epístolas paulinas y el Evangelio según Lucas. Las tendencias modernas que aseguran que el Antiguo Testamento no contiene instrucción válida para los cristianos de hoy o aseguran que la "libertad en Cristo" de Pablo son llamadas antinomianismo, aunque es muy común, todavía son condenadas bajo el nombre de Marcionismo.
Muchos estudiosos modernos se preguntan que pasó a aquellos quienes requerían la circuncisión para los gentiles convertidos. Refiriéndose a los apóstoles "no paulinos" como
nazarenos (Jacobo, Pedro, y Juan), estos estudiosos han juntado evidencia que los judíos cristianos crecieron y prosperaron por un tiempo en Judea y en las áreas que la rodean. Posteriormente se convirtieron a grupos tales como los Ebionistas, quienes son llamados derogativamente re-judaizantes quienes rechazaban el movimiento cristiano que se había desarrollado entre los gentiles. En otras palabras, creían que el quiebre entre Pablo y otros apóstoles era radical y permanente. Estas perspectivas controversiales tienen un fuerte respaldo entre la academia moderna.

El final de la etapa apostólica
Hacia el año
62, el sumo sacerdote del judaísmo, Aniano, hizo arrestar al apóstol Santiago (el llamado hermano de Jesús de Nazaret), que encabezaba la Iglesia de Jerusalén y le ajustició. Uno de sus hermanos, Simón, fue llamado a sucederle, pero la situación política de Israel se agravaba y los conflictos internos del judaísmo eran cada día mayores. Se cree que Pablo fue decapitado y Pedro fue muerto crucificado al revés en Roma durante la persecución por parte de Nerón. Al final del siglo I, de los apóstoles originales vivía tan sólo Juan, el evangelista, que se había trasladado a Éfeso, cuya iglesia se considera madre de muchas de Asia Menor y Grecia, donde se manifestaban brotes gnósticos.
Con el emperador
Vespasiano, el cristianismo siguió extendiéndose, hasta que en el año 90 el emperador Domiciano inició una nueva persecución. Se supone que fue entonces cuando Juan fue llevado primero a Roma y desterrado luego a la isla de Patmos, donde escribiría el Apocalipsis y algunas de sus Cartas.
Bajo el imperio de
Nerva (de quien dice su biógrafo Xifilino que «no permitió que se acusase a nadie por haber observado las ceremonias de la religión judaica o haber descuidado el culto de los dioses») pudo regresar Juan a Éfeso, y pocos años después falleció, a edad muy avanzada. Con su muerte (en el año 95) concluye la etapa apostólica.
La
Didajé y otros escritos de los Padres Apostólicos documentan las principales prácticas de la iglesia primitiva

Religiones competidoras
El cristianismo no era la única religión que buscaba creyentes en el
siglo I. Los historiadores modernos del mundo romano, a menudo ponen interés en lo que ellos llaman religiones mistéricas o cultos mistéricos que comenzaron en el último siglo de la República Romana y se fueron incrementando durante los siglos del Imperio Romano. Autores romanos, tales como Tito Livio, comentan la importación de "dioses foráneos" entre las calles del estado romano. El judaísmo también recibe creyentes y en algunos casos evangelizaron activamente. El Nuevo Testamento refleja una clase de personas a quienes se les refiere como 'creyentes en Dios' quienes se piensan que son gentiles convertidos, quizás a aquéllos quienes no se habían circuncidado; Filón de Alejandría hace explícito el deber de los judíos de recibir a los nuevos creyentes.

Mitraísmo
La adoración de
Mitra (conocido como Mitraísmo) se desarrolló en el ejército romano durante el siglo I AC, aunque se desconoce como se originó esta religión mistérica, parece tener poco que ver con el Zoroastro Mitra. Debido a que se desarrolla entre un grupo de gente altamente nómade (soldados profesionales) se disemina rápidamente a las regiones apartadas del imperio. Se convierte prontamente en la más popular de las religiones mistéricas, y a comienzos del siglo III los emperadores en Roma la apoyaban, ya que era la religión que favorecía su régimen.
Se piensa a menudo que esta religión tiene su origen último en el culto a Mitra, una deidad conectada a formas populares de
Zoroastrismo, aunque es importante notar que estrictamente el primer Zoroastrismo es dualista, y el moderno Zoroastrismo es monoteísta, ninguno incluye a Mitra.
Al final del siglo III, los cultos populares de
Apolo y Mitras habían comenzado a emerger en el sincretismo conocido como Mitras Sol Invictus o simplemente Sol Invictus (el sol invicto, un término también utilizado en otros cultos), y en 274 el emperador Aurelio hace de esta forma de adoración algo oficial.
Después del decreto de
Teodosio en 391, y su subsecuente supresión, muchos seguidores de esta religión se convirtieron en iglesias cristianas (tales como Notre-Dame du Taur, y la Iglesia de San Clemente); éstas a menudo se dedicaban al arcángel Miguel.

Mandaeanismo
Los mandeanistas eran una religión gnóstica la cual reverenciaba a
Juan el Bautista en vez de a Jesús. De acuerdo a la leyenda, el profeta Mani era Mandaeanista.

Maniqueísmo
El maniqueísmo era una de las mayores religiones antiguas. Aunque su forma organizada se encuentra casi extinta hoy, un revivamiento se ha intentado bajo el nombre de Neo-Maniqueísmo. Sin embargo, la mayoría de los escritos de su fundador el profeta Mani se han perdido. Algunos estudiosos argumentan que su influencia continúa sutilmente mediante
Agustín de Hipona, quien se convirtió al cristianismo desde el Maniqueísmo y que sus escritos continúan siendo de gran influencia entre teólogos católicos.
La religión fue fundada por Mani, quien se dice que nace en el occidente del
Imperio Persa y vivió aproximadamente entre los años 210 y 275. El nombre Mani es más un título de respeto más que un nombre personal. Este título fue asumido por el fundador mismo y reemplazó completamente su nombre personal de tal forma que no se conoce su nombre preciso. Mani fue influenciado por el Mandeanismo y comenzó a predicar en una edad temprana. Se declaraba como el Paráclito, como se promete en el Nuevo Testamento: el Último Profeta y Sello de los Profetas que finalizaban la sucesión del hombre guiado por Dios e incluían figuras tales como Zoroastro, Hermes, Platón, Buda, y Jesús.
Sus creyentes hicieron muchos esfuerzos para incluir todas las tradiciones religiosas conocidas en su fe. Como resultado, preservan muchos trabajos apócrifos cristianos, como
Hechos de Tomás, que de otra forma se hubiese perdido. Mani se empeñaba en describirse como un "discípulo de Jesucristo", pero la iglesia ortodoxa lo rechazó como hereje.

Siglos II y III
En el segundo siglo numerosos eruditos comenzaron a producir escritos que nos ayudan a entender la forma en que se desarrolló el cristianismo. Estos escritos se pueden agrupan en dos grandes categorías, trabajos dirigidos a una amplia audiencia de eruditos no creyentes y trabajos dirigidos a aquellos que se consideraban cristianos. Los escritos para los no creyentes se llamaban usualmente apologético en el mismo sentido que el discurso dado por
Sócrates en su defensa ante la asamblea ateniense, llamada Apología cuya palabra en griego significa más "discurso para la defensa" que la denotación moderna más limitada de "declaración expresando arrepentimiento". Los apologistas, como se conoce a estos autores, hacen una presentación para clases educadas de las creencias cristianas, a menudo asociadas con un ataque de las creencias y prácticas de los paganos. Otros escritos tienen el propósito de instruir y amonestar a los hermanos cristianos. Muchos escritos de este período, sin embargo, sucumbieron a la destrucción de la Iglesia Católica Primitiva como herejes, o en desacuerdo con su mensaje. Aun así, hoy se han encontrado escritos como el Evangelio de Tomás en 1945.
Policarpo de Esmirna (obispo de Esmirna y santo)
Ireneo (obispo de Lyon y santo)
Tertuliano (se convierte en hereje en 207 y se transforma en montanista)
Marción fue el primero de muchos padres de la Iglesia que comenzaron una nueva ideología, que tenía como base la judeofobia. Fue Marción el primero que llamó a Iahvé «demiurgo» y un dios diferente al Padre de Jesús, quien era un verdadero dios. Es considerado por la Iglesia Católica Romana como el más peligroso enemigo jamás enfrentado.
Clemente de Alejandría (arzobispo de Alejandría)
Orígenes (catecista y estudioso, pero algunas de sus enseñanzas fueron condenadas en 588)
El revivir pagano del siglo tercero
Decio
Cipriano
Durante este período el gobierno de la iglesia toma una forma jerárquica que se asemeja al gobierno romano.

Siglo IV [editar]
Muchos escritos de este período fueron traducidos en los libros de los Padres Nicenos y post Nicenos.

Desarrollo del canon de la escritura
En un principio, no existía un listado válido de libros del Nuevo Testamento. Dentro del cristianismo, se tomaban en consideración sólo las "Escrituras" que eran los libros sagrados dentro del judaísmo, tomados de la versión griega llamada "Septuaginta". En algunos casos, se acostumbraba leer algunos de los Evangelios y cartas de los apóstoles, especialmente las cartas paulinas. Debido a Marción, la iglesia tuvo que compilar una lista de libros sagrados, la cual se fue modelando mediante un consenso dentro de la iglesia a través del tiempo, por lo que algunos libros usados por iglesias locales fueron dejados de lado, mientras que otros tuvieron una acogida general. Los primeros en acogerse por la mayoría de las iglesias fueron los Evangelios, seguidos por el libro de Hechos y las cartas de Pablo. Otros libros, como el Apocalipsis, la 3°de Juan, y la Carta de Judas, tardaron más en ser aceptados universalmente. A fines del siglo II, se consolidó este canon como parte de la mayoría de las congregaciones cristianas.

El cristianismo legalizado en el Imperio Romano

Constantino I
El emperador
Constantino I fue, como los emperadores antes que él, el sacerdote superior de la religión Mitraica. Sin embargo, también estaba interesado en crear unidad para facilitar el gobierno, y para hacer esto se involucró en la disputa entre grupos cristianos sobre el arrianismo, invocando el Primer Concilio de Nicea, este concilio produjo el Credo Niceno.
Constantino mitigó algunas diferencias entre el cristianismo ortodoxo y su principal competidor, la religión oficial del Sol Invictus. Por ejemplo, cambió la celebración del nacimiento de Jesús al 25 de diciembre, debido a que esta era la fecha de celebración del nacimiento de Mitras y
Baco, así como la fecha de los festivales del solsticio de invierno tales como la Saturnalia. Además, Constantino instituyó el uso de símbolo Chi-Rho (Crismón), representativo del cristianismo, aunque según algunos estudiosos esto servía para propósitos cristianos y no cristianos simultáneamente.
La leyenda popular dice que Constantino I era cristiano, sin embargo, nunca repudió su posición de alto sacerdote de Mitras Sol Invicus públicamente, y su única "conversión" conocida fue moribundo en su cama (como se dijo luego por Padres de la Iglesia posteriores), lo cual es imposible de verificar. Sin embargo, no era inusual para la gente del siglo cuarto el evitar convertirse completamente al cristianismo hasta muy avanzada su vida, por la fuerza de las advertencias en contra de que continuaran en pecado después de haberse convertido y por las consecuencias espirituales que aquello traía.

viernes, 5 de octubre de 2007

Roma



Fundación
La ciudad de Roma surgió de los asentamientos de
tribus latinas que habitaban en las siete colinas, en la confluencia entre el río Tíber y la Vía Salaria, a 28 km del mar Tirreno. En este lugar el Tíber tiene una isla donde el río puede ser atravesado a pie. Debido a la proximidad del río y del vado, Roma estaba en una encrucijada de tráfico y comercio.
Alrededor del
siglo VIII adC los asentamientos se unificaron bajo el nombre de Roma Quadrata. La leyenda cuenta, que Roma fue fundada por Rómulo el 21 de abril de 753 adC. Rómulo, cuyo nombre se dice habría inspirado el nombre de la ciudad, fue el primero de los siete Reyes de Roma. Los historiadores romanos dataron la fundación en el 753 adC, y desde esa fecha contaron sus años.

Monarquía
La naciente ciudad-estado es gobernada por un rey (rex) elegido por un consejo de ancianos (senatus). Los reyes míticos o semi-míticos son (en orden cronológico):
Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Lucio Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Lucio Tarquinio el Soberbio. El último de ellos, Lucio Tarquinio el Soberbio, fue derrocado en el año 509 adC cuando la República Romana fue establecida.

República romana
La República romana fue establecida el año
509 adC, según los últimos escritos de Tito Livio, cuando el rey fue desterrado, y un sistema de cónsules fue colocado en su lugar. Los cónsules, al principio patricios pero más tarde plebeyos también, eran oficiales electos que ejercían la autoridad ejecutiva, pero tuvieron que luchar contra el senado romano, que creció en tamaño y poder con el establecimiento de la República. En este periodo se fraguarían sus instituciones más características: el senado, las diversas magistraturas, y el ejército.
Los romanos sometieron gradualmente a los ocupantes de la península itálica, la mayoría emparentadas con las tribus itálicas (de origen indo-europeo; como los
samnitas) pero también etruscos. La última amenaza a la hegemonía de Roma en Italia llegó cuando Tarentum, una gran colonia griega, ayudó a Pirro de Epiro en 282 adC.
En la última mitad del
siglo III adC, Roma se enfrentó con Cartago en las dos primeras Guerras Púnicas, conquistando Sicilia e Iberia. Después de derrotar a Macedonia y la Dinastía Seléucida en el siglo II adC, el naciente estado logra una enorme expansión tanto política como económica, extendiéndose por todo el Mediterráneo.
Mientras, los conflictos entre
patricios y plebeyos caracterizaron la pugna política interna durante todo el periodo republicano, sólo paulatinamente lograrán los plebeyos la plena equiparación política (aunque no social).
La expansión trae consigo profundos cambios en la sociedad romana. La inadecuada organización política (pensada para una pequeña ciudad-estado y no para el gran territorio que es ya Roma) se hace patente para algunos, pero todos los intentos de cambio son bloqueados por la
ultraconservadora élite senatorial. El enfrentamiento entre las diversas facciones produce en el siglo I adC una crisis institucional, que conducirá a diversas revueltas, revoluciones y guerras civiles.

Imperio romano
El vencedor ulterior de todas estas guerras civiles,
César Augusto, abolirá de facto la república y consolidará un gobierno unipersonal y centralizado de todo el territorio, conocido como Imperio Romano. A partir de este momento, la estabilidad política del imperio quedará ligada al carácter de los emperadores que sucederán a Augusto, alternándose los periodos de paz y prosperidad con las épocas de crisis.
Augusto, que inaugura la dinastía Julio-Claudia, representa el periodo de máximo esplendor del imperio. A esta dinastía, terminada en el año
68 por el infausto Nerón le seguirá el periodo de inestabilidad conocido como el año de los cuatro emperadores, donde se impondrá Vespasiano, que inaugurará la dinastía Flavia, de origen no patricio. Les seguirán del año 96 al 180 los llamados "cinco emperadores buenos" (Nerva, Trajano, Adriano, Antonio Pío y Marco Aurelio), en la considerada "edad de plata" del Imperio.
Septimio Severo comienza el periodo de monarquía militar, y el fin de su estirpe llevará al caos, un largo periodo de luchas intestinas por el poder donde los emperadores, nombrados por sus legiones, se suceden ininterrumpidamente.

Caída del imperio
Diocleciano (284 - 305) emprenderá una gran reorganización del Imperio, instituyendo la Tetrarquía. Su sucesor Constantino I el Grande será el último emperador del imperio unificado. Poco después, el emperador Teodosio divide el Imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio. Éste se dividiría en el Imperio Romano de Oriente —con sede en Constantinopla— e Imperio Romano de Occidente.
El Imperio Romano de Oriente fue muy rico y avanzado culturalmente y sobrevivió durante aproximadamente mil años más.
Constantino también institucionalizará el
cristianismo, al hacerlo religión oficial del Imperio.
Las
invasiones bárbaras pondrán la puntilla a un moribundo Imperio Occidental, dando paso a la Edad Media. El último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo, será depuesto en el 476 por Odoacro, un godo. El Imperio de Oriente proseguirá su existencia bajo la denominación de Imperio Bizantino hasta la caída de Constantinopla en el año 1453.

Estructura social y política
La primera estructura social y política de los
latinos fue la familia: el padre (páter familias), la esposa (unida al padre de familia por el rito sagrado de la torta), los hijos, las esposas de los hijos, los hijos de los hijos, y las hijas no casadas. De la agrupación de algunas familias del mismo tronco, surgieron las gens, y de un conjunto de familias surgieron las tribus.
La familia está formada por los más próximos (agnados) pero, a medida que la familia se extiende, se forma la
gens o raza de un tronco común, integrada por la familia propiamente dicha (adnati) y por los gentiles, todos aquellos procedentes del mismo antepasado.
¿Cómo se produce la unión de los diversos grupos, sea de
gens o de tribus? Cada grupo tiene un punto común de encuentro, generalmente para el culto religioso (aunque no exclusivamente para tal fin), punto que constituye el embrión de las cívitas (ciudades).

La ciudad
La fundación de Roma se atribuye a tres tribus: los
Ramnes, los Ticios y los Lúceres. Estos tres grupos fundaron la llamada Roma Quadrata en el Monte Palatino. Otra ciudad fundada por otro u otros grupos en el Quirinal, se unió a la Roma Quadrata, surgiendo así la civitas ('ciudad') llamada Roma.
A los primeros ciudadanos romanos se les llama
patricios (o patres), porque o bien son padres de familia (páter familias) o bien son hijos de padres de familia vinculados a la obediencia paterna (los hijos varones no alcanzaban la condición de padre de familia hasta que el padre moría y se independizaban, pero se daba por descontado que alcanzarían esta condición).
Los hijos de los
patricios, al cumplir 17 años (más tarde la edad fue rebajándose hasta los 14 años) adquirían la condición de ciudadanos plenos (con tal motivo celebraban una festividad en que dejaban de vestir la toga praetexta propia de los muchachos y se colocaban la toga virilis, propia de los hombres), pero continuaban sujetos a la potestad del padre hasta que este moría.
A los
patricios corresponde el derecho pleno de ciudadanía: forman el pueblo y son de entre los habitantes los de clase social más elevada. Sus derechos eran: el sufragio, el desempeño de los cargos públicos políticos o religiosos, el derecho a asignación de tierras públicas, los derechos civiles propios de las gens (tutela, sucesión, potestad, etc.), el derecho de contraer matrimonio con otros miembros de las gens, el derecho de patronato, el derecho de contratación (el único que se extendía también a los no patricios libres) y el derecho a hacer testamento (el conjunto de estos derechos constituía el ius qüiritium o ius cívitatis). Como deberes citaremos: el servicio militar, y el deber de contribuir con ciertos impuestos al sostenimiento del Estado.

Ciudades dependientes de Roma
Cuando una ciudad se sometía a Roma a discreción, sus ciudadanos quedaban con el estatuto jurídico de Dediticios (Dediticius).
Aunque la mayoría de las ciudades sometidas a discreción lo fueron después de la primera guerra púnica, probablemente la institución es anterior.
Roma se reservaba la soberanía eminente sobre estas ciudades, pero les devolvía el usufructo, con excepción del ager publicus. Roma reconoció la autonomía de alguna de estas ciudades pero sus tierras quedaron sometidas al diezmo de la cosecha, y en caso de exenciones, estas se daban a título personal (por ejemplo a los habitantes de una ciudad aunque cultivaran tierras en otra ciudad). El diezmo se pagaba generalmente en especie y el beneficio permitido al recaudador era limitado.
Las ciudades sometidas a Roma, con su territorio rural incluido, no tenían derecho a declarar la guerra por su cuenta, pero debían declarar la guerra forzosamente en caso de que Roma lo hiciera. También tenían prohibido hacer convenios de ningún tipo con otros Estados o Ciudades. Además no podían acuñar moneda y eran las monedas romanas las que tenían curso legal en todas estas ciudades.
Había varios tipos de ciudades vinculadas a Roma:
Ciudades de derecho romano. Algunas ciudades recibieron el derecho completo de ciudadanía romana (civitas optimo jure), especialmente las antiguas ciudades aliadas de la Liga Latina, las ciudades Sabinas y gran parte de las del País Volsco. Junto a ellas estaban las colonias que disfrutaban del derecho de ciudadanía.
Ciudades latinas. Las ciudades sujetas llamadas Latinas eran las otras ciudades de la Liga Latina que no habían recibido el derecho de ciudadanía, y las colonias de derecho latino (es decir las colonias que no tenían derecho de ciudadanía). Los latinos y los romanos eran iguales en sus relaciones privadas, en los negocios, el comercio y las sucesiones.
Ciudades sin voto. Estaban en tercer lugar las ciudades con derecho de civitas pero sin voto (civitas sine suffragio), que aunque podían llamarse ciudadanos, debían soportar todas las cargas cívicas (reclutamiento militar, impuestos ordinarios, servicios y contribuciones especiales) sin compensación (sin derecho a votar). Estas ciudades estaban administradas para los asuntos judiciales por un Prefecto anual designado por el Pretor de Roma. Su administración civil estaba en manos de sus propios magistrados locales, generalmente de la aristocracia.
Ciudades confederadas no latinas. Finalmente estaban las ciudades confederadas no latinas, cuyos derechos quedaban establecidos por los tratados particulares concertadas con cada una de ellas. Estas ciudades suministran contingentes al ejército en cuantía prefijada de antemano, siendo el equipamiento del contingente a cargo de la ciudad. Igualmente estas ciudades estaban gobernadas por magistrados locales surgidos de la aristocracia.

El rey
Gobierna Roma un rey, representante de la institución monárquica, al que corresponde todo el poder (imperium) y dicta las órdenes (
dictador), el cual era elegido entre el pueblo como jefe de una gran familia política (mágister pópuli).
Auxilian al rey los líctores, alguaciles que le precedían en sus actuaciones con el
hacha y las varas. En su ausencia los poderes administrativos correspondían a un delegado (praefectus urbis). Si el rey no designaba sucesor los ciudadanos designaban en el interregno, por un periodo de cinco días, a un ínter rex, y después se elegía un nuevo rey, o bien se designaba un nuevo ínter rex por otros cinco días con facultad de designar nuevo jefe.

El senado
Frente al rey se erige la institución del Consejo de Ancianos (
senatus) para contrabalancear a la institución real.
Los primeros senadores son los representantes designados por cada gens. Tienen carácter vitalicio. Como el número de gens es invariable (las sucesivas familias surgen siempre de un tronco común y por tanto se integra en alguna de las gens existentes) también es invariable el número de senadores.
No obstante había una excepción: cuando un senador moría el rey estaba facultado para nombrar un sustituto temporal (hasta la designación del sustituto designado por la gens). La costumbre del nombramiento real acabó concediendo al rey la elección de los
senadores.
El senado era un órgano meramente consultivo, pero como emanación del pueblo, el rey lo convocaba a menudo y consideraba sus propuestas. Sus reuniones se celebraban en el comitium (
foro) en una sala llamada bule.

Clases sociales
La
sociedad romana, como muchas otras sociedades antiguas, se basaba en la desigualdad, y, como en toda sociedad desigual e injusta, la tensión entre las clases y su dialéctica es el motor de su historia y su principal característica.
Las clases que se distinguieron fueron cinco: patricios, plebeyos, esclavos, clientes y libertos. La tensión entre patricios y plebeyos y las rebeliones de los esclavos fueron las más importantes noticias políticas; las tres primeras fueron las clases con mayor actividad política; las otras dos, menos.
Esta organización social no fue estática durante toda la historia de la antigua Roma. Hubo tensiones, cambios, evolución.

El censo
Este sistema de reclutamiento en razón de los bienes poseídos, hizo necesario establecer un
censo de propiedades y transmisiones, que se revisaba cada cuatro años. Un efecto inmediato fue el de dividir a la sociedad romana: a la división ya existente entre patricios y plebeyos, se añadía ahora la división entre propietarios (los que tienen tierra, sean ciudadanos o no) y proletarios (es decir los que crían hijos, mayoritariamente plebeyos, pero también con algunos ciudadanos arruinados o desposeídos por sucesivas particiones). El censo se hacía cada cuatro años. Al año siguiente se hacían sacrificios (lustrum) y los encargados del censo o censores renunciaban a sus cargos.

La justicia
El censo se creó en el año 212 adC.
La jurisdicción se concentra en la ciudad, y en la fase monárquica en el Rey, que tiene su "tribunal" y ordena (jus o ius) en los días establecidos (díes fasti) sentándose en la llamada "silla curul" (sella curulis) auxiliado por los alguaciles (líctores), y frente a las partes litigantes (rei).
Algunos delitos tienen jueces especiales:
Los duoviri perduellionis para la insurrección.
Los quaestores paricidii para el asesinato.
Unos funcionarios especiales, llamados los tres viri nocturni se ocupan de las cuestiones relacionadas con incendios nocturnos, policía de seguridad y vigilancia de ejecuciones.
La
tortura sólo puede aplicarse a los esclavos.
La
detención preventiva es la norma general.
La
pena capital era aplicable a quien alterara la paz pública, y por otros delitos. Tenía varias formas:
A los testigos falsos se les arrojaba desde una altura (La Roca Tarpeya) era el destino de los traidores.
A los ladrones de
mieses se les colgaba.
A los incendiarios se les quemaba vivos.
Existía el derecho de recurso (provocatio). El
indulto correspondía al pueblo.
Se daban además algunos tipos especiales de indultos:
El que se arrodillaba ante un sacerdote de
Júpiter no podía ser apaleado en veinticuatro horas.
El que entraba encadenado en su propia casa debía ser desatado.
El criminal que al dirigirse a una ejecución se tropezaba con una
vestal (virgen, especie de sacerdotisa), era perdonado.
Las penas aplicadas más frecuentemente eran las
multas (pagadas con la entrega de bueyes u ovejas) y el apaleamiento.
Los juicios civiles eran juzgados por el rey o por un comisario designado por este. La reparación se verificaba a menudo por vía de transacción, y si no había acuerdo la
pena (poena) era fijada por el juzgador.
En caso de robo el
ladrón podía pagar una reparación satisfactoria. Si no podía o era irreparable el ladrón se convertía en esclavo del robado. En los casos de injurias se concertaba una indemnización. En los casos de lesiones podía reclamarse el Talión (es decir provocar el mismo daño).

Las Polis Griegas



Polis
Era la denominación dada a las ciudades estado de la
antigua Grecia, surgidas desde la Edad Oscura hasta la dominación romana.
Polis se denominaba a la ciudad y al territorio que ella reclamaba para sí. Tenían un gran nivel de
autarquía, si bien no del todo, lo que les garantizaba libertad y autonomía política. No existía oposición entre lo urbano y lo rural, ni existían relaciones de dependencia; muchos residentes urbanos vivían de las rentas del campo, al igual que la gran mayoría de los aristócratas.
El centro político-administrativo-social de la polis era la
Acrópolis, donde se encontraba el templo, la Gerusía, el ágora y los edificos civiles. El ágora era la plaza pública y mercado permanente. Rodeaba a la ciudad un anillo rural, en donde se cultivaba lo necesario para la supervivencia de la polis.
El tamaño de la polis era variado pero generalmente son de poca extensión. Como extremos se podían encontrar a Atenas con 2.600
km², y en isla de Ceos de 173 km² había 4 polis.
Las polis griegas eran ciudades estado totalmente independientes. Tras la desaparición de la
civilización micénica los griegos formaron pequeñas comunidades, que evolucionaron en el siglo VIII adC, y se convirtieron en ciudades. Estas ciudades se conocieron con el nombre de "ciudades estado" o polis. A diferencia de las ciudades de los grandes imperios (Mesopotamia, Egipto, Persia), que estaban organizadas alrededor del palacio real y del templo, el centro de la polis lo constituía el ágora, un espacio abierto donde los ciudadanos acudían para comerciar y para intercambiar ideas. En el ágora tiene lugar la vida política de la polis, y en ella surge también la filosofía griega.
El aspecto orográfico de
Grecia hizo que las polis se situaran en su gran mayoría en territorios costeros de difícil acceso y en valles que estaban rodeados por montañas.
Las polis se constituyeron como una unidad política, social y económica de Grecia, pero si bien compartían una lengua, religión común, lazos culturales y una identidad racial e intelectual que exhibían con orgullo, los habitantes de estas ciudades no pudieron fundar un estado unificado. Existía una gran rivalidad entre las diferentes polis, consideraban que el reducido tamaño de cada una era lo más idóneo para practicar una adecuada política.
En el
siglo VIII adC, Jonia se encontraba al frente de la cultura y filosofías griegas y ciudades como Mileto y Éfeso siguieron floreciendo como centros de importancia durante el Imperio romano.

El poder de la aristocracia
En sus inicios, las polis estuvieron dominadas por caudillos militares, los basileus βασιλευς (plural basileis βασιλεις). En muchos casos ejercían el poder religioso y judicial. A mediados del siglo VII adC, el gobierno de tipo
oligárquico, fue cobrando impulso sobre el monárquico. De esta manera el poder político pasó a manos de asambleas formadas por representantes de las familias locales más ricas e influyentes, los eupátridas.
Estas asambleas cada año elegían de entre los eupátridas a un número determinado de magistrados. Los magistrados se encargaban de dirigir el ejército y llevar los asuntos religiosos, entre otras tareas.
Los miembros de la clase dirigente, denominados "de los mejores" detentaban el poder económico y político, monopolizaban además las tierras. Estos miembros eran los únicos que podían intervenir en las guerras, debido al alto coste que suponía la compra de armas y armaduras de metal. El pueblo gobernado, el demos, solamente participaba en la vida pública cuando así era requerido por la asamblea aristocrática.
Este sistema aristocrático o gobierno de los mejores revela la existencia de círculos de parentesco hereditarios. Desde su nacimiento una persona, ya sea un terrateniente o un campesino, quedaba integrada en diferentes
tribus o phylai (griego φυλαι). Las tribus estaban divididas en comunidades que se formaban con los descendientes de un héroe o de algún dios ancestral (fratías). La rígida estructura social justificó el predominio y capacidad de liderazgo de la aristocracia griega durante muchas décadas.

Desestabilización de la aristocracia
Hubo diferentes factores que hicieron que con el tiempo, la aristocracia viera desestabilizado el orden político y social que existía. Estos factores fueron:
1.- La consolidación del comercio y de la artesanía como actividad generadora de riqueza: Ciudadanos que no provenían de las grandes familias prosperaron gradualmente hasta lograr una cierta riqueza pero que carecían de derechos políticos.
2.- Revueltas sociales: El empobrecimiento de los campesinos hizo que no pudieran pagar sus deudas y se convirtieran en esclavos, provocando una gran tensión social en el campo con el consecuente estallido de revueltas.
3.- Necesidad de nuevos soldados: La necesidad de tener más cantidad de soldados requería que fueran reclutados entre el pueblo, con lo que se creó la
falange hoplita, pero siendo ciudadanos no aristocráticos acabaron pidiendo un reconocimiento de sus derechos políticos.

Reforma de clases
Con el objeto de resolver la crisis política y social, en algunas polis se decidió dar una respuesta a las exigencias reformistas de las clases inferiores y medias, con lo cual se impulsaron medidas
Se eligieron magistrados extraordinarios para redactar nuevas leyes y ocuparse de mediar en los conflictos existentes. Entre estos legisladores estaban
Zaleuco de Locri y Carondas, que decidieron distribuir más equitativamente el poder entre los ciudadanos. La legislación del aristócrata ateniense Dracón subordinó el poder de las tribus a la justicia del estado. Los legisladores más importantes del mundo griego arcaico fueron Licurgo de Esparta y Solón quien redactó una constitución para Atenas, a principios del siglo VI adC.

Gobierno de Solón
Con el fin de evitar las rebeliones, Solón fijó una serie de cambios para evitar las desigualdades sociales. Algunas de las medidas adoptadas para favorecer a los pequeños agricultores fueron:
Suprimió los impuestos excesivos.
Canceló sus hipotecas.
Abolió la esclavitud por endeudamiento.
Devolvió la libertad a los campesinos hechos esclavos por deudas.
También impuso medidas que igualaban a los nuevos ricos con los antiguos terratenientes. Algunas fueron:
Modificó las instituciones políticas de la ciudad.
Estableció nuevas leyes que serían cumplidas por todos los ciudadanos.
A pesar de medidas adoptadas, los conflictos sociales continuaron en muchas ciudades griegas. Entre los siglos VII y VI adC, ésta situación fue aprovechada por aristócratas que, actuando de manera aislada, trataron de usurpar el poder y terminar con las oligarquías locales. Estos personajes recibieron el nombre de
tiranos (palabra de origen asiático, que significa señor neutral.

La política de los tiranos
Los tiranos llevaron a cabo, en sus comienzos, políticas populares, lo que produjo una aceptación por parte del pueblo pero en contra de las familias aristocráticas. Impulsaron la construcción de suntuosos templos, edificios, e invirtieron los impuestos en obras públicas. Estas obras posibilitaron que una gran parte de la población tuviera trabajo.
Su popularidad y prestigio se veía incrementados cuando participaban en guerras contra los estados rivales. Se organizaron, además, fiestas religiosas en las que participaban todos los ciudadanos sin distinción de clases.
El gobierno absolutista ejercido por ellos aportó grandes beneficios a las ciudades; fomentaron la creación y reforma de leyes, mejoraron el sistema jurídico y la convivencia ciudadana, y ampliaron el comercio en forma considerable.
En muchas oportunidades sustituyeron a los magistrados por amigos y familiares, pero respetando la constitución vigente.

Tiranos destacados
Entre los principales tiranos que favorecieron la situación de las clases inferiores se encuentran:
Polícrates de Samos
Eufrón de Sición, en Arcadia
Fidón, de la polis de Argos, quien introdujo el sistema de pesas babilónico en Grecia y derrotó a los espartanos en la batalla de Hisias (699 adC)
Cipselo, patriarca de Corinto
Periandro, hijo de Cipselo. Entre ambos gobernaron Corinto durante 77 años.
Pero tanto las medidas reformistas como las políticas de gobierno de los tiranos, no lograron poner fin a la crisis social y política que existía, y una vez más la estructura del estado de Grecia debió seguir evolucionando.

Comercio en las polis
El contacto marítimo era el vínculo principal que mantenía unido al mundo griego, razón por la cual sus habitantes fueron excelentes marinos. Esta habilidad fue aprovechada tanto en asuntos civiles como militares. Muchas de las ciudades-estado dependían en gran medida del comercio marítimo. Se encontraron, mercancías griegas en Asia y Europa occidental, en lugares muy alejados de su origen. En los siglos VIII y VII adC, emprendedores comerciales y colonizadores de Grecia establecieron una serie de nuevas ciudades griegas desde el
Mar Negro hasta el Mar Mediterráneo occidental, manteniendo contacto con las demás colonias y con su tierra natal por vía marítima.